En 1974, el Congreso creó un programa especial llamado Plan de propiedad de acciones para empleados (o ESOP) para permitir a los propietarios de empresas vender parte o la totalidad de su empresa (por el valor justo de mercado total) a sus empleados. Los empleados no pagan nada. Así es. Ni un centavo. Más bien, la propia empresa solicita un préstamo de un banco u otra fuente para pagar a los propietarios.

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El gobierno federal y el estado de Pensilvania se dan la vuelta y dicen: “Si se hace esto, la empresa nunca más tendrá que pagar impuestos sobre las ganancias, por cualquier parte que sea propiedad de los empleados”. Si vende el 100% de su empresa a sus empleados, ¡el negocio está libre de impuestos! Los ahorros fiscales se amortizan al banco y, después de unos años, la empresa tiene mucho dinero extra... para crecer y recompensar a los empleados propietarios.

Los planes de propiedad de acciones para empleados (ESOP) son una forma de vender un negocio que beneficia a la empresa, a los empleados y a los accionistas vendedores. Los propietarios pueden vender todo o sólo un porcentaje de su negocio a los empleados.

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A través de un ESOP, los empleados reciben acciones de la empresa (sin costo para ellos), que se mantienen en un fideicomiso y se distribuyen después de que el empleado deja la empresa. En muchos casos, los empleados se han jubilado con cuentas ESOP por valor de cientos de miles, e incluso millones de dólares, además de su 401(k) y otros beneficios de jubilación.  

Los ESOP son un tipo único de plan que también se puede utilizar como (1) una herramienta flexible y con ventajas fiscales para la sucesión empresarial, (2) una forma para que el propietario retire algo de dinero de la mesa, (3) una forma de crear un mercado interno para las acciones de la empresa, (4) un plan de jubilación que mantiene las acciones de la empresa en un fideicomiso en beneficio de los empleados.